¡Esta Cura No Tenía Absolutamente Nada Que Ver Con Lo Que Mis Médicos Me Habían Estado Aconsejando!

    Aún así, este solo descubrimiento es la ÚNICA  razón de que haya recuperado mi vida. Es por eso que ya no vivo en un constante estado de malestar, dolor y ansiedad.

    Y era tan simple que deseaba pegarme por no descubrirla antes. ¡Me hubiera ahorrado AÑOS de frustración, angustia y dinero!

"¡10 Meses y AÚN sin dolor!"
   
“¡Amanda, la adoro!!! ¡Su libro electrónico salvó mi vida de tantas maneras que ni siquiere puedo explicarlo!

Admito haber dudado al visitar por primera vez su sitio web, pero creo que ya no tenía nada que perder.

¡Luego de realizar cada uno de sus pasos, solo puedo decir que estoy asombrada de la rapidez con que funcionó! ¡Han pasado 10 meses y AÚN  no siento dolor, y también mis ciclos han vuelto a la normalidad! ¡Muchísimas gracias!”

Karla M.

Envíe su propia historia exitosa a: Amanda@ElimineLosQuistesDeOvario.com
Karla M.
Albuquerque, NM

    En tan solo un segundo, le voy a contar exactamente cuál fue este descubrimiento, pero primero quisiera compartir con usted mi historia muy personal…

¿Puede USTED Identificarse Con Esto?

    Todavía recuerdo esos momentos horribles como si fueran ayer…

    Tener un dolor profundo, persistente en mi abdomen… que iba y venía, día tras día.

    A veces duraba unos pocos minutos. ¡Otras veces continuaba por horas!

    Me levantaba hinchada por las mañanas. Y odiaba la forma en que  me veía y cómo me sentía. Me obligaba a salir de la cama, tan solo para ir a trabajar y sentarme incómoda durante horas.

    Entonces tan solo me sentaba allí, en el baño de damas de la oficina, a veces durante una hora, simplemente esperando que el dolor cediera. ¿Sabe lo embarazoso que es eso??

    Después estaban los períodos irregulares. Al principio, cuando era más joven, no me importaba no tener un período de vez en cuando…

    Pero luego de un tiempo, empecé a tenerlos en momentos inesperados (siempre en los PEORES momentos). Y a medida que pasaron los años, un pensamiento aterrador se apoderó de mí…
    ¿Los quistes me impedirían algún día tener hijos?

    Y aún más importante…

¿Por qué me está pasando esto a mí??
“¡Gracias a Dios que encontré su sitio!”
   

“¡Amanda, si hubiera encontrado su sitio una semana más tarde, habría seguido adelante con una cirugía muy peligrosa!

He tenido Quistes Ováricos por más de 7 años… y estaba dejando la cirugía como ÚLTIMO RECURSO. Bueno, solo déjeme decirle… gracias a Dios que encontré su sitio, ¡porque por primera vez desde 2002, mis quistes desaparecieron completamente!

Mi médico una vez me dijo que tal vez nunca me desaparecerían los quistes debido a cómo es mi cuerpo. ¿Qué??? ¡Mientras tanto, sus 3 sencillos pasos curaron todos los síntomas en 1 día!

¡Le debo un ENORME gracias!

Kendra N.

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Kendra N.
Redmond, WA

    Comencé a desesperarme por encontrar una solución a mi doloroso problema, mi desesperación era tal que probé todo…
    Ingería Tylenol y aspirina como si fueran dulces.
    Me ponía una almohadilla térnica sobre mi estómago todas las noches.
    Probé “espera en observación” (¡qué desperdicio!)
    Compré píldoras anticonceptivas costosas para regular mis ciclos menstruales (¡cuando ni siquiera llevaba una vida sexual activa!)
    iexcl;Abandoné el café, el vino y todas mis comidas favoritas!
    Pero No Importaba Qué Intentara
    Absolutamente Nada Funcionaba…

    ¡Era una pesadilla!

    Pero éste es el tema. Después de 10 años, no era solo el dolor lo que me estaba matando. Era la ansiedad de tener que vivir con este problema para siempre.

    ¡Me ENLOQUECÍA que no hubiera nada que pudiera hacer!

    ¿Por qué mi doctora no me estaba ayudando?!?

    Algunas semanas eran mucho peores. A veces realmente no dormía pensando sobre mi problema. Además, les hablaba de mala manera a mis compañeros de trabajo por las cosas más pequeñas. NO era agradable estar cerca de mí, ¿pero pueden culparme?

    ¡No había nada que pudiera hacer!

    Día tras día, daba vueltas sobre el mismo círculo vicioso…
    Durante el día: dolor, molestia, hinchazón.
    Durante la noche: angustia, ansiedad y frustración.

    Aquí es cuando las cosas se pusieron peor…
    Tuve Mi Período Cuando Menos lo Esperaba

    En ese momento tenía 26 años, y tenía mi primera cita con un muchacho llamado Chris.

    Mi ciclo menstrual se había vuelto tan irregular que nunca sabía cuándo lo iba a tener.

    ¡Me gustaba mucho (¡MUCHO!) Chris y la cita era perfecta! Él me había llevado flores… salimos a cenar… luego a ver una película.

    Tenía algunos retorcijones cuando comenzó la película, pero nada de que alarmarse. Simplemente pensé que eran mis quistes actuando (como ya lo habían hecho durante años).

    Luego, en medio de la película, me di cuenta de que algo no estaba bien.

    Le dije a Chris que tenía que ir al baño… y salí a tientas del cine oscuro, tropezando con la gente y volteando bolsas de palomitas de maíz.

    Me sentí una idiota.

    Me apresuré al baño de damas y se confirmaron mis temores…

    Inesperadamente estaba teniendo mi período. Y era tan abundante, que ya había manchado mis jeans e incluso los había traspasado. ¡Y lo que es peor, NO tenía toallas sanitarias ni tampones!

    Tenía que usar una de esas máquinas expendedoras que funcionan con monedas… con lo cual no tenía problemas, pero no había manera de ocultar la mancha en mis jeans.

    Me quedé allí sentada en el baño, sintiéndome completamente humillada e impotente.

    Finalmente, decidí que lo que tenía que hacer era volver a la sala y decirle a mi cita que no me sentía bien y que me tenía que ir a casa. Y desgraciadamente, así es como terminó la noche.

    Pero la pesadilla no terminó allí…
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